Exceptio Veratis – Mar Abierto

 El Mundo, Viernes 29 de Septiembre de 2006

Exceptio veritatis

MARÍA JOSÉ FERRER DE SAN-SEGUNDO

 Exceptio veritatis - Mar AbiertoCuando comencé a colaborar en EL MUNDO, con un artículo sobre las sombras del 11-M (<<¿Quién (no) ha sido?>>), era inimaginable que, dos años después, habría todavía interrogantes latentes.

Para empezar, sorprende cómo los datos, que unos invocan y otros discuten, se hayan ido revelando a golpe de investigación periodística. Es comprensible la indignación socialista cuando alguien da un paso más interpretándolos y, sin ninguna demostración, insinúa alguna relación con el origen de la tragedia.

Pero no es de recibo que opinar que deberían quedar despejadas todas las incógnitas, confine a quien se atreve a sugerirlo a esa extrema derecha en la que el marketing maniqueo de Zapatero quiere incluir a 10 millones de españoles y sus representantes.

No se entiende tampoco la declaración parlamentaria anunciando que se rechazaré cualquier petición futura sobre el 11-M. Es imposible que en todo el universo ideológico de formaciones tan dispares, no haya alguien a quien las falsificaciones presuntas y coincidencias letales no le hagan, al menos, meditar. O que no piense en su responsabilidad, siquiera moral, si, finalmente, se confirma la consistencia de las noticias.

No es la primera vez que se descalifican informaciones que acaban en sentencia condenatoria. Lo sabe bien Rubalcaba, dique-contención del Gobierno González en el asunto GAL, que ahora, ante la explicita fotografía de informes periciales duplicados, ha anunciado acciones penales, no contra el <<duplicador>>, sino contra el medio que las publica. Claro que, de momento, no las ha interpuesto. Como no hay procedimiento alguno por las noticias habidas durante estos años, en el que pudiera entrar en juego la exceptio veritatis que tiene quien es acusado por información no veraz, demostrando que lo es.

Muchos ciudadanos quisiéramos que éste fuera ya caso (bien) cerrado. Muchos son también los desencantados por la utilización partidista de la tragedia que, inducidos o no, desaprobaron la gestión informativa del Gobierno popular y que, inducidos o no, reprueban la actuación mordaza del actual. La mayoría, sencillamente, aspiran a saber. Sin obstrucciones, y para que no quede ningún género de duda. Sea lo que sea, y sin por ello haber llegado a ninguna conclusión conspiratoria ni, francamente, desearla. Así que, aunque solo fuera porque, como diría Voltaire, <<A los vivos se les debe respeto; a los muertos, verdad>>, seguiremos opinando y, si es el caso, dudando. Aun a riesgo de ser etiquetados. Sin miedo. Con libertad.

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